El séptimo mandamiento nos demanda no robar, como establece en sus palabras: “No robarás”. Mucha gente sigue cayendo sobre la ilusión de que sólo se refiere a los objetos materiales, tales como juguetes u objetos valiosos, los cuales ciertas personas codician por simple envidia. Aunque el hecho de decir no robarás también hace referencia al hecho de posesión intelectual, como lo que es una idea.
Ahora, el décimo mandamiento dicta lo siguiente, “No codiciarás los bienes ajenos”. Esto, de nuevo, no solamente se refiere a las cosas físicas, sino que desear algo abstracto es una falta en contra de este mandamiento también. Por ejemplo, desear tener la personalidad de otro, o envidiar la inteligencia, así como envidiar bienes materiales es considerado un pecado.
En cuanto a referencia y relación con la Doctrina social de la Iglesia, Jesús quiso que todo lo que dijera se realizara, no que sólo quedara escrito en los evangelios para que sus sabias palabras se cubrieran de polvo. De esa manera, nosotros no tenemos que sólo cumplir con esto, sino que debemos hacer cosas más allá que sigan cumpliendo y consintiendo la esperanza de Jesús de mejorarnos y hacer que nos acerquemos más a él.
La encíclica Laudato si´ dicta que debe haber una propuesta concreta que ofrezca soluciones integrales. Esta encíclica se refiere a la ecología ambiental. Por lo tanto, concordando con los mandamientos previamente mencionados, si no robamos de otros estamos cumpliendo con lo que dicta el mandamiento, pero ¿por qué parar ahí? La solidaridad en Laudato si’ es requerida en orden para conseguir crecimiento común, sólo así seremos capaces de cumplir verdaderamente con el séptimo y décimo mandamiento.